ENLACE: ¿“útil”, pero no “correcto”?

El economista
22 Abril, 2010 - 00:54

En ocasión del anuncio del llamado Programa de Estímulo a la Calidad Docente hubo revelaciones que mueven a la reflexión. Por un lado, maestros en siete entidades decidieron boicotear la aplicación del examen ENLACE diseñado para evaluar la calidad de la educación. El evento también dio oportunidad para que la líder magisterial Elba Esther Gordillo hiciera gala de sus ambigüedades y capacidad para la contradicción.

Sin embargo, no se trata de exhibir los malabarismos retóricos de la maestra Elba Esther ni el talanto saboteador del gremio magisterial, sino exponer lo que hay detrás de esos actos. En muchos países la educación ha sido una palanca para impulsar el desarrollo económico y combatir la desigualdad. En México han surgido y se han arraigado fuerzas sociales conducentes a que no suceda así.

El caso más flagrante es el arreglo corporativista que tiene secuestrado desde hace varias décadas al sistema oficial de la educación básica.

Mientras ese arreglo subsiste, la brecha de calidad entre la educación oficial (gratuita) y la privada (de paga) se amplía sin remedio. El ramo de la educación se lleva una tajada del presupuesto federal cercano a 8% del Producto Interno Bruto. Se trata de una tajada muy suculenta para que cualquier grupo corporativista no sienta una voracidad incontenible.

Por esta razón no debe sorprendernos que el lunes la maestra Gordillo se inconformara con la prueba ENLACE pero que recibiera gustosamente el tramo presupuestal -llámese lana- para dar estímulos a la elevación de la calidad.

En el fondo de esta problemática no sólo está la obligación del Estado de ofrecer “educación pública” sino algo que tiende a desdeñarse: el derecho de los ciudadanos para elegir y saber.

Saber sobre la calidad de la educación que reciben sus hijos en las escuelas oficiales y cómo se ubica la escuela específica en comparación con las demás del sistema e incluso contra las privadas.

Empero, es claro que a los beneficiarios del contubernio corporativista en el sector educación no les interesa la calidad de esos servicios y menos ofrecerle oportunidades de elección a la población. La razón de ser de esos servicios es el bienestar actual y futuro de las masas. ¿Pero a qué maestro sindicalizado y a cuál de sus líderes les llama la atención esa “minucia”?

bdonatello@eleconomista.com.mx

El texto original fue tomado de aquí

0 comentarios: